miércoles, octubre 11, 2006

Todavía hay vergüenza

Hace pocos meses fue detectada en Munich-Alemania una compañía de alimentos que distribuía carne podrida hasta con cuatro años de vencimiento.

Apenas se descubrió el delito se armo la grande. Los medios de comunicación se encargaron de difundir la atrocidad permanentemente; fue tal la presión que uno de los involucrados Georg Bruner se suicido ahorcándose.

Otro que hizo lo mismo fue (aparentemente) el político Jürgen Möllemann quien después de estar en medio de un escándalo por corrupción se fue a practicar uno de sus deportes habituales: el paracaidismo, con tan mala suerte que el paracaídas no se le abrió impactando su frágil vehiculo corporal contra el planeta.

Estas personas no han visto otra opción que la muerte antes que enfrentar una vergüenza pública por corrupción.

¡Ahhhh! Yo no sé como sería, pero si esto pasara en nuestra amada chibchombia nos harían falta cuerdas para los ahorcados y seriamos el país número uno en donde hay más paracaídas inservibles.

La reflexión que queda es que estos suicidios fueron en vano por el desconocimiento que tenían estas personas de los seminarios de autoayuda asistida dictados por el ex ministro Ladroño o por las terapias cínico-sinvergüenzales impartidas por dos grandes eminencias en esta técnica: el dotor Pastrañicida y el dotor Tiro flijo.
Es muy posible que con estas terapias y seminarios, estos señores no se habrían suicidado, por el contrario, habrían superado sus culpas y hasta habrían hecho una pasantia en el senado o la cámara o podrían haber ido a un campo de verano con el rubio Jojoy.

No hay comentarios.: